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Top 10 de los cultivos que más contribuyen a dejar una huella de carbono alta para el planeta

La agricultura es una piedra angular de la civilización humana, ya que proporciona los alimentos y los recursos necesarios para nuestra supervivencia. Sin embargo, no todas las prácticas agrícolas son iguales y el cultivo de ciertos cultivos a escala global ha tenido importantes repercusiones ambientales. Estos incluyen la deforestación y la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y la contaminación del agua.

De hecho, el impacto de estos cultivos se extiende mucho más allá de la mesa. Navegar por las complejidades de equilibrar la productividad agrícola con la sostenibilidad ambiental requiere comprender la huella ecológica de estos cultivos. También implica fomentar prácticas agrícolas más sostenibles y tomar decisiones informadas como consumidores.

10. Café

La historia de amor mundial con el café, que promedia 2,7 tazas por persona al día y un total de alrededor de dos mil millones de tazas consumidas en todo el mundo, tiene un costo oculto: una importante huella de carbono que contribuye al cambio climático. Esta huella no proviene sólo del café que bebemos sino de todo el ciclo de vida del café, incluido el cultivo, el procesamiento, el envasado y la elaboración de cerveza.

La fase de producción del café es la que más contribuye a su huella de carbono, representando entre el 40% y el 80% de las emisiones totales. Esto se debe a las prácticas agrícolas intensivas involucradas, como el riego, la fertilización y el uso de pesticidas, que se han visto exacerbadas por el cambio del tradicional café de sombra a plantaciones expuestas al sol.

The Future of Coffee

Históricamente, el cultivo de café ha transformado ecosistemas delicados en regiones tropicales y subtropicales, lo que ha llevado a una reducción de la biodiversidad debido a la tala de árboles para la expansión de las plantaciones y al uso extensivo de fertilizantes y pesticidas químicos. El debate sobre los impactos ambientales del café versus el té revela que ambos tienen huellas de carbono comparables hasta que se agrega leche a la mezcla, lo que aumenta significativamente la carga ecológica del café.

Las opciones de café sostenible están ganando terreno, y algunas empresas lideran el camino al ofrecer café de comercio justo, orgánico y de sombra que no compromete el sabor.

9. Cacao

El viaje desde el grano de cacao hasta la barra de chocolate no es tan dulce como podría pensarse, especialmente si se considera su impacto ambiental. Originario de América hace más de 2000 años, el chocolate se ha convertido en un lujo mundial. Sin embargo, su producción está plagada de desafíos, particularmente en África occidental, donde se estima que se cultiva el 70% de los granos de cacao del mundo.

Yes, The cocoa industry does cause of deforestation

La región enfrenta la doble amenaza del cambio climático, que exacerba las condiciones de calor y sequía perjudiciales para los árboles de cacao, y las luchas socioeconómicas de los agricultores locales. La demanda de cacao está aumentando, pero la cadena de suministro está bajo presión. Los árboles de cacao, que tardan un año en producir cacao con sólo media libra de chocolate, están envejeciendo y volviéndose menos productivos.

Además de eso, la industria se ve afectada por importantes problemas ambientales y éticos. La deforestación es rampante a medida que los agricultores talan los bosques tropicales para nuevas plantaciones de cacao, lo que contribuye a la pérdida masiva de bosques en Costa de Marfil. El trabajo infantil es otra grave preocupación: se estima que 2 millones de niños participaron en trabajos peligrosos en el proceso de producción de cacao durante la temporada de cultivo 2013-2014.

Los esfuerzos para hacer que la producción de chocolate sea más sostenible incluyen mejorar la trazabilidad, promover la agrosilvicultura y adoptar mejores prácticas de embalaje y transporte. Sin embargo, el desafío es enorme, ya que la deforestación continúa a tasas alarmantes en las regiones productoras de cacao. 

8. Trigo

El trigo, un alimento básico de la civilización humana durante más de 10.000 años, está bajo escrutinio ambiental debido a sus prácticas de cultivo. La huella global del trigo, que cubre un área tan vasta como Groenlandia, es inmensa y los fertilizantes sintéticos desempeñan un papel central en su producción.

What´s the enviromental impact of the wheat?

Estos fertilizantes aumentan los rendimientos, pero también contribuyen a problemas ambientales como el cambio climático, la proliferación de algas y las zonas muertas oceánicas como resultado de la escorrentía de nutrientes. Un estudio de 2017 demostró que el mayor impacto ambiental de una barra de pan proviene de los fertilizantes utilizados para cultivar el trigo.

La dependencia de tales fertilizantes no sólo amenaza los ecosistemas acuáticos sino que también constituye el 5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. La escorrentía de estos fertilizantes provoca la proliferación de algas tóxicas y zonas muertas, lo que afecta gravemente a la vida marina. Además, el cultivo de trigo requiere una cantidad significativa de agua, sólo superada por el arroz, e implica el uso de pesticidas que pueden dañar la biodiversidad.

También se espera que el cambio climático afecte la producción de trigo, aumentando los rendimientos en algunas regiones y haciendo que otras sean más vulnerables a las condiciones climáticas extremas. Para disminuir estos efectos, los expertos recomiendan prácticas sostenibles como la agricultura circular y cultivos de cobertura fijadores de nitrógeno para reducir la dependencia de los fertilizantes sintéticos.

7. Plátano

La industria bananera enfrenta una compleja red de desafíos ambientales, sociales y corporativos que impactan significativamente tanto a los ecosistemas como a las personas dentro de la cadena de suministro. En el centro de estos problemas está el uso intensivo de agroquímicos, que no sólo devastan los ecosistemas sino que también plantean graves riesgos para la salud de los trabajadores.

Bananas as we know them are doomed

La industria está dominada por unas pocas empresas multinacionales. Sin embargo, son los supermercados los que ahora ejercen el mayor poder, a menudo a expensas de los trabajadores que ganan apenas entre el 4% y el 9% del valor total de los plátanos. Este desequilibrio ha llevado a una “carrera hacia el fondo”, en la que la búsqueda de precios más bajos y medidas de reducción de costos por parte de estas empresas exacerba las prácticas comerciales desleales y las malas condiciones laborales.

El costo ambiental del cultivo de banano es severo, ya que las prácticas de monocultivo y el uso intensivo de pesticidas conducen a la contaminación del agua, la erosión del suelo y la pérdida de biodiversidad. La variedad Cavendish, que domina el comercio mundial, requiere importantes insumos químicos debido a su susceptibilidad a plagas y enfermedades.

Desafortunadamente, el impacto ambiental se profundiza cuando se considera que los plátanos deben transportarse por vía aérea a los países occidentales, liberando cantidades sustanciales de CO2 y contribuyendo significativamente al cambio climático.

6. Caña de Azúcar

El cultivo de caña de azúcar es una industria global importante, que ocupa aproximadamente 65 millones de acres (26 millones de hectáreas) en todo el mundo. Se trata de una cantidad considerable, ya que algunos países dedican más de una cuarta parte de sus tierras agrícolas únicamente a su crecimiento y producción. Este cultivo en particular, que es absolutamente integral para nuestro consumo global de azúcar, tiene una huella ambiental sustancial y, en la mayoría de los casos, ignorada.

Brazil shows you can harvest sugarcane

Se ha demostrado que el proceso de su producción contribuye en gran medida a la contaminación de los ecosistemas de agua dulce. Esta contaminación es causada por contaminantes como limo, fertilizantes y lodos químicos de los ingenios, todos los cuales son subproductos del proceso de producción de la caña de azúcar. Estos contaminantes representan una amenaza considerable para los ecosistemas coralinos, causando daños significativos en lugares como la Gran Barrera de Coral, una de las áreas marinas con mayor biodiversidad del mundo, y el Arrecife Mesoamericano.

El impacto del cultivo de caña de azúcar no se limita a los ecosistemas acuáticos. En realidad, es un importante impulsor de la deforestación en algunos de los ecosistemas más críticos del mundo. La Mata Atlántica de Brasil, un importante punto de biodiversidad, se ha reducido a apenas el 7% de su tamaño original, en gran parte debido a la expansión de las plantaciones de caña de azúcar.

Dado que se espera que la demanda mundial de caña de azúcar aumente casi un 50% para el año 2050, la presión sobre todos estos ecosistemas no hará más que aumentar. Esta tendencia futura subraya la necesidad urgente de métodos sostenibles en el cultivo de la caña de azúcar para preservar nuestros preciosos ecosistemas para las generaciones futuras.

5. Arroz

El arroz, una fuente primaria de alimento que sustenta a miles de millones de personas en todo el mundo, está bajo intenso escrutinio debido a su importante impacto ambiental. El cultivo de este grano esencial contribuye sustancialmente a las emisiones de gases de efecto invernadero, aproximadamente equivalentes a las emisiones de 1.200 centrales eléctricas alimentadas con carbón, según un informe del Fondo de Defensa Ambiental (FED). El método tradicional de cultivo de arroz suele implicar la inundación de los arrozales.

The problem with rice no one is talking about

Si bien esta práctica controla eficazmente la proliferación de malezas, no es estrictamente necesaria para el crecimiento y cultivo exitoso del arroz. Sin embargo, esta práctica de inundaciones conduce a la producción de metano, un gas de efecto invernadero nocivo, ya que los microbios se alimentan de la materia vegetal en descomposición en el suelo anegado. Este proceso contribuye a aproximadamente el 12% de las emisiones anuales globales de metano.

Las alternativas propuestas a las constantes inundaciones de los arrozales, como la alternancia entre condiciones húmedas y secas, presentan su propio conjunto de desafíos y posibles impactos ambientales. Este método de cultivo en particular puede aumentar inadvertidamente la producción de óxido nitroso, un gas de efecto invernadero significativamente más potente que el dióxido de carbono. Este aumento se debe a la interacción entre el oxígeno y el nitrógeno del suelo.

El dilema que enfrentan los científicos y agricultores es encontrar un equilibrio entre el uso excesivo de agua, que puede estimular la producción de metano, y el uso insuficiente de agua, que puede conducir a niveles elevados de óxido nitroso. Una posible solución a este problema ambiental, sugerida por un estudio realizado en la India, implica mantener los niveles de agua justo por encima o por debajo de la superficie del suelo. Este método podría mitigar potencialmente la producción de estos nocivos gases de efecto invernadero y al mismo tiempo garantizar un cultivo de arroz exitoso.

4. Algodón

El algodón, reconocido como el cultivo no alimentario más cultivado y rentable en todo el mundo, desempeña un papel vital en el apoyo a los medios de vida de más de 250 millones de personas. También contribuye con casi el 7% de toda la mano de obra en los países en desarrollo, lo que destaca su importancia económica global.

The environmental impact of the cotton

Sin embargo, a pesar de los innegables beneficios económicos de la industria algodonera, los métodos actuales de producción de algodón plantean importantes desafíos ambientales. Estos desafíos han puesto de relieve la sostenibilidad de la industria, enfatizando la necesidad urgente de abordar estos problemas.

Las principales áreas de preocupación incluyen el uso intensivo de agroquímicos, el enorme consumo de agua, la grave erosión del suelo y la conversión del hábitat, todos los cuales tienen efectos nocivos sobre el medio ambiente. La industria del algodón es un notorio consumidor de agua. Las prácticas de riego tradicionales a menudo provocan una pérdida considerable de agua dulce, agravada por sistemas de gestión del agua ineficaces. Este uso excesivo de agua no sólo agota nuestros valiosos recursos hídricos sino que también intensifica la crisis mundial del agua.

La integridad del suelo es otra víctima del cultivo de algodón. El cultivo continuo de algodón agota los nutrientes del suelo, lo que provoca su degradación con el tiempo. Esto obliga a los agricultores a expandirse a nuevas áreas, provocando una mayor degradación ambiental y contribuyendo a la pérdida de hábitats naturales.

El uso de pesticidas y fertilizantes nocivos, una práctica común en el cultivo del algodón, no sólo afecta la calidad del suelo y el agua, sino que también plantea graves amenazas a la biodiversidad. También tiene el potencial de impactar negativamente la salud humana, convirtiéndolo en un problema que va más allá de la sostenibilidad ambiental.

3. Maíz

Se ha identificado que el cultivo de maíz contribuye significativamente a la contaminación del aire, un tema de considerable preocupación en países con actividades agrícolas extensivas. Este problema es especialmente pronunciado debido al uso predominante de fertilizantes en el proceso de producción de maíz, que libera óxidos de nitrógeno nocivos a nuestra atmósfera.

The corn industry and your impact

Esta práctica no sólo altera el delicado equilibrio de los gases en nuestro medio ambiente, sino que también plantea graves riesgos para la salud de los seres humanos y otros organismos vivos. Para agravar aún más este problema, los pesticidas utilizados en el cultivo de maíz pueden flotar en el aire y contaminar áreas muy alejadas de sus sitios de aplicación originales, magnificando el alcance de su impacto ambiental.

Igualmente preocupante es la cuestión de la contaminación del agua, que está íntimamente ligada a la producción de maíz. El maíz es un cultivo con una gran demanda de agua, y su cultivo a menudo conduce a la sobreexplotación y al posterior agotamiento de valiosas fuentes de agua subterránea, como los acuíferos. Esta cuestión es especialmente crítica en regiones donde los recursos hídricos ya son escasos.

Además, el uso extensivo de productos químicos en el cultivo de maíz introduce niveles nocivos de nitrógeno y otras sustancias tóxicas en varios cuerpos de agua, afectando negativamente la calidad del agua y la salud de la vida marina. A la lista de preocupaciones ambientales asociadas con la producción de maíz se suma su importante contribución al calentamiento global. El proceso de cultivo del maíz emite grandes cantidades de gases de efecto invernadero, incluidos dióxido de carbono y óxidos nitrosos, principalmente debido al uso intensivo de fertilizantes. Estas emisiones desempeñan un papel directo y sustancial en el calentamiento global, exacerbando el problema del cambio climático y sus efectos asociados en el planeta.

2. Soya

La mayor parte de la producción mundial de soya, un asombroso 77%, no se destina al consumo humano sino a la alimentación del ganado, y una fracción algo menor se destina a biocombustibles y diversas aplicaciones industriales.

The deforestation: The hidden soy on your plate

De hecho, sólo el 7% de la soya es consumida directamente por los seres humanos en formas como tofu, tempeh y leche de soya. A pesar de esta fracción relativamente pequeña, la huella ambiental del cultivo de soya es innegablemente significativa y contribuye a la deforestación, la pérdida de biodiversidad, un aumento de las emisiones de carbono e implicaciones negativas tanto para el suelo como para los recursos hídricos.

La rápida y rápida expansión del cultivo de soya, especialmente en regiones con una rica biodiversidad, como el Amazonas y el Cerrado en América del Sur, ha provocado una deforestación sustancial. Esto, a su vez, resulta en una pérdida de hábitats para innumerables especies y también contribuye al cambio climático, ya que los árboles que absorben dióxido de carbono son reemplazados por cultivos que no lo hacen.

Iniciativas como la Moratoria de la Soya del Amazonas han demostrado cierto grado de éxito en la reducción de la deforestación por soya en el Amazonas al prohibir el comercio de soya procedente de tierras deforestadas. Sin embargo, la deforestación continúa sin disminuir en áreas menos reguladas, lo que contribuye en gran medida a las emisiones de carbono y la pérdida de biodiversidad.

El cultivo de soya requiere riego intensivo y mecanización que, combinados con el uso intensivo de pesticidas y fertilizantes, pueden causar estragos en la salud del suelo y contaminar las fuentes de agua. Esto puede tener implicaciones de gran alcance para los ecosistemas locales y globales y también puede representar una amenaza para la salud humana.

1. Aceite de Palma

El aceite de palma, derivado del fruto del árbol Elaeis guineensis , se ha convertido en una parte integral de nuestra vida cotidiana. Este producto básico, que se encuentra en una infinidad de productos, desde alimentos hasta cosméticos e incluso biocombustibles, es un ejemplo de versatilidad. Sin embargo, a pesar de sus beneficios económicos, la producción de aceite de palma está asociada a numerosos problemas medioambientales.

The problem with de palm oil

Estos problemas son particularmente pronunciados en el sudeste asiático, donde la industria impulsa significativamente la deforestación, lo que genera importantes emisiones de gases de efecto invernadero, contaminación y una trágica pérdida de biodiversidad. Las preocupaciones en torno a la sostenibilidad de la industria del aceite de palma se ven aún más amplificadas por su crecimiento proyectado, que podría duplicar la producción en algunas áreas y exacerbar el impacto ambiental.

Históricamente, el aceite de palma ha sido un alimento básico en la cocina de África occidental durante milenios. Su popularidad internacional ha aumentado en los últimos años debido a sus propiedades «Ricitos de oro»: no es ni demasiado sólido ni demasiado líquido a temperatura ambiente, lo que lo convierte en un ingrediente ideal para la industria alimentaria. Sin embargo, los beneficios del aceite de palma en una dieta tradicional disminuyen significativamente debido al proceso de refinación y a los problemas asociados con el consumo excesivo, que plantean un problema de salud mundial.

Los efectos negativos del aceite de palma se extienden más allá de la deforestación y el daño a los ecosistemas, hasta amenazar la soberanía alimentaria indígena. Las tierras que ahora se utilizan para el cultivo de palma podrían haber sustentado fuentes tradicionales de alimentos, manteniendo así el equilibrio de los ecosistemas locales. Además, el uso de pesticidas nocivos en el cultivo de palma contribuye a la contaminación ambiental y plantea graves riesgos para la salud de las comunidades cercanas, lo que resalta aún más la urgente necesidad de reevaluar las prácticas de la industria del aceite de palma.

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